La Educación es un proceso de enorme complejidad que involucra dimensiones individuales, sociales, culturales, políticas y espirituales. En las sociedades complejas y diversas en las que realizan su tarea educativa las escuelas, se multiplican los desafíos para llevar adelante prácticas educativas que den respuesta a las múltiples demandas que reciben hoy las instituciones escolares. En especial en el nivel secundario, las escuelas deben atender a un conjunto de necesidades en los adolescentes y jóvenes a quienes forman. La recientemente sancionada Ley de Educación Nacional N° 26.206, en su artículo 30 establece que la “Educación Secundaria en todas sus modalidades y orientaciones tiene la finalidad de habilitar a los adolescentes y jóvenes para el ejercicio pleno de la ciudadanía, para el trabajo y para la continuación de estudios superiores”. A partir de estos propósitos generales que marca la ley, y en base a los valores espirituales que inspiran su tarea, el Secundario Evangélico Emanuel considera sus desafíos educativos:
- La contención y orientación a los adolescentes en una etapa compleja y conflictiva donde se terminan de definir los rasgos de la personalidad, de los valores y de los intereses vocacionales que serán clave en las etapas vitales posteriores. Esta tarea se hace hoy más acuciante en un contexto en que se encuentran debilitados los lazos familiares y Se hace necesario por lo tanto desafiar a los jóvenes con modelos útiles y horizontes esperanzadores para sus vidas individuales y para el conjunto social.
- Capacitar a los adolescentes y jóvenes para integrarse con éxito en las sociedades del conocimiento, al desarrollar capacidades críticas y analíticas que les permitan decodificar los múltiples mensajes y estímulos simbólicos que mediante las TICS reciben a diario. Para que además desarrollen las habilidades que les permitan crecer como sujetos autónomos y pro-activos en su propia formación posterior. No cabe duda que la escuela secundaria debe promover, favorecer y preparar para una exitosa formación superior posterior. Para hacerlo debe entrenar a los jóvenes en el aprender a pensar, y a hacerlo con sentido crítico. Será entonces una escuela exigente, que propugne la mejora constante en la calidad educativa. Pero al mismo tiempo, se propone ser una escuela inclusiva, compensadora y promotora de la permanente superación de todos/as sus alumnos y alumnas.
- Al mismo tiempo, la escuela debe construir vínculos con los espacios de desempeño laboral y profesional reales. La escuela no puede postergar en los jóvenes el descubrimiento y la comprensión de la complejidad de desafíos que supone la inserción laboral-profesional. Es decir, la escuela debe educar y formar en y para el tiempo y los espacios sociales en que viven los jóvenes a los que forma. De manera que, el mundo del trabajo será uno de los horizontes permanentes a partir de los cuales diseñará sus prácticas pedagógicas.
- Contribuir a la formación integral de la personalidad de los adolescentes y jóvenes fomentando su compromiso ciudadano y social. Las necesidades puntualizadas en los tres primeros ítems, solo pueden ser abordadas desde una visión integral del ser humano, lo que supone abandonar enfoques unilaterales, utilitaristas, o utópicas de los procesos educativos. El ser humano es un ser integral, con necesidades de muy diverso orden, físicas, emocionales, culturales, sociales y espirituales, pero que se articulan en una personalidad que se debe sostener en valores trascendentes. Esos valores deben volcarse de manera provechosa en el bien común pues tienen una dimensión claramente relacional.